Cena con los hermanos

Porque no nos bajamos a cenar, y luego tomamos algo en el Mediterrani dijo Selvano!. A lo que accedimos con sonrisa de lobo Vembano y yo al pensar en la ristra de nenas que hirvamos a ver después de la cena, jajajaja nos reímos cómplices los tres, Bajamos ya rondando las 10 de casa de Selvano. Tomamos el ascensor como si fuera un tranvía con destino al restaurante La sonrisa de Angela, un bonito restaurante a las afueras de la ciudad donde la decoración es propia de los años 60, aunque con un gusto y un estilo impecable. Entramos y tomamos asiento esta vez en uno de los grandes ventanales que tiene el local, me senté a la diestra de Selvano como un hijo putativo o un amigo que espera el afecto y la comprensión del otro. Nos sacaron un pescadito con una pinta excelente y un vino blanco con envase de diseño retro muy acertado. La cena transcurrió entre debates muy interesantes de los dos hermanos, dos grandes profesionales y buenos amigos, Selvano es un señor educado, cordial, oscuro, a veces efusivo en sus comentarios ya que a veces soltamos alguna parida desbocada. De Carácter serio, selvano es esa persona que siempre te gustaría tener a tu lado como amigo y cómplice de tus correrías salvajes de la ruta 666 y porque no como tu segundo padre con todos sus defectos y virtudes. Es un gran tipo Selvano, Vembano es su hermano y otro buen amigo. La cena fue dando ya coletazos etílicos de buen vino y compañía agradable, porque aparte de la nuestra se sentaron una mesa atrás, dos bellas señoritas de aire un pelin modelito para mi gusto, pero con innegable gusto a la hora de hablar entre ellas, es una cosa que me alegro la vista y el oído ya que por desgraciada norma para nosotros, vemos mucha alcahueta y camionera de buen vestir. Prosiguió la noche y entablamos conversación con estas dulces señoritas de aire elegante, terminamos de cenar y las invitamos a unas copichuelas por Blasco Ibáñez, donde entramos en un pub y nos pusimos a mover el cuerpo como en un ritual indio. Vembano se puso a hablar con Natalia así se llamaba una de nuestras amigas de esa noche y Selvano y yo con Patricia, una morena de ojos claros y piernas más largas que una anaconda. Hablamos de arte ya que ella es pintora, de música y de variedades como en el mundo del circo. Patricia estaba gratamente sorprendida con nosotros ya que nos soltó vaya dos tíos interesantes he conocido esta noche!! lo cual nos produjo una placentera sensación al no ser ella el patrón de putón de pub o en este caso de restaurante. Mientras Vembano y Natalia iban a su aire y sus cada vez más acercamientos y tocamientos Patricia nos dijo, escuchad como estos dos están con su historia, porque no me acompañáis a mi apartamento, lo cual como comprenderéis dijimos un "si" entre inocente y canallesco, más esto ultimo, cogimos un taxi y nos fuimos a la plaza de Cánovas donde tenia ella su apartamento, bajamos del taxi y subimos un poco apresuradamente sabiendo el atracón de flujos corporales que nos íbamos a dar. Entramos en su apartamento guarida de loba y al atravesar el umbral de la puerta Selvano la cogió de la cintura y le dio un par de morreos de película porno, yo al ver el panorama ni corto ni perezoso le levante la falda a lo cual me bajo la mano y me dijo vamos los tres al cuarto, estos dos se Iván morreando por el pasillo y yo iba empalmado como el caballo de Troya, el pasillo era largo y estaba poco iluminado en ese momento pero veía la sombra de dos serpientes enroscandose como en un baile nupcial. Llegue un minuto o dos tarde al festín por fijarme en la decoración y en mis pensamientos obscenos y oscuros antes de pasar a la acción, los vi de pie y ella aun conservaba su falda lo cual me motivo a levantarle la falda, a bajarle las bragas ligeramente mientras se besaban y a sacarme la polla para clavarla en su estrecho culo, cuando me dirigía a su ano, me dijo que no que iba a dolerle, lo cual le dije que le daría placer, no la vi muy convencida, pero la agarre por la cintura y embestí como un indio contra un vaquero, el sonido desgarrador de dolor hizo eco en la habitación mientras Selvano se apartaba de ella al ver su cara de dolor. Seguí en mi embiste de trenes y ya le iba gustando, mientras tanto Selvano tocaba sus pechos Patricia se la chupaba como una loba hambrienta de sangre y semen, al poco ya se la metió en la cueva de los ladrones y nos pasamos un buen par de horas follandola y bailando desnudos a la luz de la luna, Terminamos los tres exhaustos y con ganas de repetir con ella en otras ocasiones. Nos despedimos dandonos los inevitables móviles y con ganas de llegar a casa después de esa "cena" de santos varones y de emperatrices bien empaladas. Esa noche fue especial para todos, rodeados de buenas conversaciones y flujos corporales.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Wolveryn,eres un calentorro. Todavía estoy riéndome con eso de santos varones y vírgenes bien empaladas. Un saludo.