Janis Y Telma

Después de tomarnos unos chupitos en el pub Lolas e irnos inconscientemente sin pagar, ironías del bolsillo, nos dirigimos Ramón de Campoamor y yo a tomarnos un ultimo brebaje a la plaza del cedro. Ya era tarde y el cansancio arreciaba, paseando por la plaza hacia un bar, me encontré un viejo conocido de profesión, estuvimos charlando un rato mientras degustaba un ron que llevaba mano en ristre, el trabajo artístico escaseaba me comentaba, habrá que buscar soluciones al respecto le dije, su amiga estaba impaciente por irse, no era de extrañar puesto que hacia un frío que congelaba. Nos despedimos, y al girarme note una mano en mi espalda, me giro y observo una chica de pelo muy largo castaño claro que me pregunta -¿Hola, que haces?-, le respondí irónicamente que esperaba el tiempo, sonrío y espeto con voz de ultratumba etílica
me llamo Janis, -¡ala que bien como Janis Joplin!- le respondí,
-Ven que te voy a presentar a mi amiga Telma-
Me acerque a su amiga y nos presento, Telma era una chica de pelo moreno, más corto, de estatura media con dulces mofletes y bonita sonrisa.
Por mi parte os voy a presentar al incendiario Ramón de Campoamor y Látex Profundo, nombre artístico bautizado en sangre y alcohol de barra de bar, A Telma le chocó casi ipsofacto Ramón, los dos tienen alma de padres protegiendo a casos de la naturaleza como éramos esa noche Janis y yo, Mientras estábamos charlando y vociferando a la luna a ver quien de los dos rugía más fuerte de los dos, Janis me ofreció su cerveza, en un visto y no visto me la calce en la garganta, Alá tío que rápido!- me exclamo, me reí y le pregunte -¿no ira tu alma en la botella?- a lo que me respondió - Pues si tío, esta noche si que va-, -pues vamos a ver lo alto que vuela- la lance al aire y pego en el cristal delantero de un coche y cayo rodando hasta el otro lado del coche, Janis se fue corriendo hasta cogerla y la lanzo contra el suelo estallando en mil trozos.
-te has quedado sin alma, ¿ahora que harás?, -Pues muy sencillo, comprare otra- me respondió riendo como una hiena, -¡no sabes que soy la reencarnación de Joplin! me exclamo, - bien yo soy un diablillo y mas que tu alma, me interesa tu cuerpo inocente vestido de rojo inmaculado- Ramón me miro ante la mirada atónita de Telma y estallo en una carcajada. - Eres un animal del sotobosque- me dijo aun riendo, Telma estaba en otro planeta entre la conversación de sábado por la noche de Ramón y los delirios etílicos de Janis y mías, la naturaleza de las cosas a veces son controvertidas y tan agudas como una noche inesperada, Mientras charlábamos y usábamos el morro del coche de Ramón como tobogán, se acerco un personaje a interesase por el estado de gracia de Telma y Janis, - ¡Hola chicas os venís conmigo!, el intercepto este no savia que se había topado con Ramón de Campoamor y con El Pequeño Diablo, me pareció curioso ver el poder de las palabras y el arte espontáneo que sale de una noche corriente. al oír aquello le dije - de verdad te duele, dime que te duele, acaso te duele-
El chico se quedo perplejo, se dirigió a su coche sin mediar palabra y se marcho, había arrancado la risa de todos los presentes, la libertad de palabra es un arma aguda. Janis se acerco a mi y me abrazo, estuvimos un rato abrazados y al rato Telma dijo - hey vamos a cambiar de sitio-. El coche de Ramón estaba lleno de paneles y no cabía ni un alfiler, Ramón se acerco a mi y me dijo, vamos a gastarles una broma, -diles que el coche esta lleno de paneles-, me acerque a Telma y le dije -¡sabes que el coche esta lleno de paneles!, ella me contesto -si no veo lo que son no subo al coche-, Ramón y yo estábamos riendo por lo bajito, le enseño Ramón un panel y se quedo mas tranquila. -hay que ver lo inocente que eres Telma- ella sonrío y subió la primera al coche, luego subió como podía Janis, ya que iba bajo los efectos de los duendes nocturnos. Las chicas querían ir al Barrio del Carmen, yo también, pero Ramón trabajaba al dia siguiente, En el coche camino al Carmen Ramón puso música setentera para la ocasión, bajamos las ventanillas del coche pese al frío, y nos pusimos a saludar a todo el mundo que pasaba por las calles hacia nuestro destino. llegamos a la plaza del ayuntamiento y las dejamos hay con tristeza ya que pasaban por un bar cercano, nos despedimos hasta otra vez que la luna nos reuniera, bajaron las dos del coche y janis se apoyaba por las paredes de la calle, sentí un pequeño vacío en la despedida, desde el coche las acompañábamos un trocito más, seguimos recto ya para irnos al barrio, y Ramón me dijo -oye porque no damos la vuelta a ver si las vemos- respondí afirmativamente y dimos la vuelta, Buscamos por las callejuelas para ver si las encontrábamos, pero ya no había rastro, torcimos por una calle y casi al final de la calle, había un trozo en obras con unos separadores de plástico, al llegar al final de la calle alguien colocó separadores en la calzada cortando el trafico, baje y retire un separador para poder pasar con el coche, al subir le dije a Ramón -Janis ha pasado por aquí-.

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