la Dama

mientras se vaga por las tenues luces de la noche, las sombras de los rostros que pasan a toda velocidad por los callejones y callejuelas de la ciudad, entre miradas esquivas y otras provocadas, surgen de vez en cuando una mirada afable y amable de una dama cuya simple apariencia provoca una prolongada mirada. La dama denota cordialidad, rasgos de belleza clásica y cierta picardía en sabiendas del envoltorio que recubre sus huesos y piel. El trato no es barriovajero, conocedora de la cultura, no hay palabras excesivas y tiene gestos de cariño hacia el interlocutor. Se mueve con gracilidad por el lugar, se contornea con los juegos de luces, sabe que la están mirando con ojos lujuriosos, ¡muevete nena! exclaman unos, belleza inmaculada, casi virginal la suya. ¿que haremos cuando cese la música?, ¿con quien te iras esta noche? la pregunta no cesa de repetirse en muchas cabezas de entre los presentes del pub, el elegido por ella, recorrerá esos kilómetros de esbeltas piernas y enterrara el tesoro del capitán en la caliente arena. Bienvenida seas entre las demás.

2 comentarios:

Simitrio Quezada dijo...

Te pedirá que le regales una cajetilla de cigarros; te anunciará un beso pero no te lo dará. Será sonrisa pícara, cuánto la adoras, sabes que nunca será tuya y así está bien.

aleyxandre Lewis dijo...

hay reside la cuestión, en que siempre será libre en su elección, esperaremos a la diosa Fortuna y tentaremos al infierno. Un saludo simitrio