La caja de Pandora(Part1)- una noche en el Pinball

Era si no me acuerdo mal una noche de primavera-verano cuando un grupo de cinco o seis tios vagábamos por el barrio del Carmen en Valencia, serian sobre las 2 de la madrugada cuando ya hartos de tanto bailar, mirar chicas y beber el grupo capitaneado por el inefable Francesc y vamos a dejarlo en lo que un dia actual se rebautizo como el pequeño diablo antes llamado.... entramos a un garito siempre lleno de gente muy diversa pero sobre todo gente que le gusta la música de los 60 y 70 entramos al Pinball dispuestos a dejarnos llevar por el Hada Verde, la señorita Absenta digase en términos más familiares. Una vez dentro nos dirigimos al centro del local donde ya teníamos nuestro sitio estratégico donde pasaban todas y cada una de las presentes, y nos divertíamos bailando y riendo. Nos dirigimos a la barra a por unos chupitos de absenta para que nos diera fuerzas para acabar la noche, Francesc y yo brindamos como siempre como buenos amigos que éramos. El local al cabo del rato se estaba despejando del agobio de gente y podíamos ver mejor las caras de la gente. En el escalón de la pequeña plataforma con dos mesas habían sentadas tres chicas, al rato nos pusimos a hablar con ellas, destacaba para mi gusto una sobre las tres, me dispuse a hablar con ella, nos preguntamos los nombres, lo que estudiábamos, yo le dije que estaba estudiando.... y ella me dijo que estaba estudiando historia del arte, que tocaba la dolçaina en los pueblos. Se levanto y la mire, la invite a tomar algo y la magia surgió, ojalá a vosotros os pase algún dia lo que me paso a mi esa noche, nos escondíamos detrás de las columnas del local besandonos entre ellas, éramos como serpientes esa noche, todo era distinto, los colores de las luces iban y venían se posaban en nuestras caras, fauno bailo esa noche en ese local, la felicidad me invadía por todas partes. Sabia que ella iba a ser alguien muy especial en mi vida como así sucedió, la noche eran contorneos y contorneos fruto de la absenta y de sus ojos, después de tantos años aun los veo de vez en cuando. Salimos del local una hora y media después o cosa así, cogidos los dos el uno del otro porque aparte de lo que sucedió si no me voy al suelo. Nos dimos los teléfonos y al dia siguiente le dije de quedar en la plaza de toros por la tarde, y allí se presento, tan radiante como una mañana y dulce como la miel. Que buenos momentos pase junto a ella, malos también, como en todo hay calor y frío. Quizás la piedra que yo me negaba a entender era "no tenemos nada en común pero te quiero", buscaba mil cosas para acercarme a ese casi sectario mundo que es el musical, pero no di con la formula adecuada y ya no solo a nivel musical y aunque me fui con otra chica, esa formula no encontrada fue mi final. En mi vida han habido tres personas cuyos nombres empiezan por A, Amparo, Alba y el tercero no lo pongo porque me pediría derechos de autor, lo siento cariño pero no te incluyo por si acaso. En los tres comenzaron las cosas muy bien, pero como bien sabéis siempre hay algo que falla, o eres tu o la otra persona. Aunque ya hace años que no la veo, siempre tendrá un lugar muy especial en mi corazón maltrecho después de tanta guerra y las flores que lo han marcado, sobretodo lo marco para bien o para mal, no no me olvido de ti tercera A, pero sabes que no hablo de ti por respeto y cariño que aún te guardo. Gracias por los tres años a tu lado. Me gustaría creer que cierta camarera de un local que voy eres tu, pero es solo el reflejo de mi subconsciente que me traiciona.

4 comentarios:

nocheoscura dijo...

¿Y si la camarera fuera ella?

aleyxandre Lewis dijo...

seria una grata casualidad nocheoscura, pero su nombre empieza por B. Una pena

nocheoscura dijo...

No, me refiero a qué harías si la camarera fuera esa persona...

aleyxandre Lewis dijo...

Si fuera ella nocheoscura, no se exactamente lo que haría, son muchos recuerdos juntos y ha pasado mucho tiempo. No se si caería en el tópico del café para hablar un rato o lo dejaría escapar como una sombra. La verdad se parece bastante esta camarera, pero al fin y al cabo ya ni creo que se acuerde de mi. Tempus fugit