
La Mascara
Contemplemos este tesoro de gracias florentinas;
En la ondulación de este cuerpo musculoso
La Elegancia y la Fuerza abundan, hermanas Divinas.
Esta mujer, trozo verdaderamente milagroso,
Divinamente robusta, adorablemente delgada,
Está hecha para reinar sobre lechos suntuosos,
Y encantar los ocios de un pontífice o de un príncipe.
—Por eso, contemplo esa sonrisa, fina y voluptuosa
En que la fatuidad pasea su éxtasis;
Esa prolongada mirada taimada, lánguida y burlona;
Ese rostro delicado, realzado por la gasa,
Del que cada rasgo nos dice con aire vencedor:
"¡La Voluptuosidad me llama y el Amor me corona!"
A este ser dotado de tanta majestad
—¡Ved que encanto excitante la gentileza le otorga!
Aproximémonos, y giremos en torno a su belleza.
¡Oh, blasfemia del arte! ¡Oh, sorpresa fatal!
¡La mujer de cuerpo divino, prometiendo la ventura,
Por lo alto termina en un monstruo bicéfalo!
—¡Pero, no! Sólo es una máscara, un decorado engañoso,
Este rostro iluminado por una exquisita mueca,
Y, mira, aquí, crispada atrozmente,
La verdadera cabeza, y el sincero rostro
Vuelto al abrigo de la cara que miente.
¡Pobre gran belleza! ¡El magnífico río
De tus lágrimas vuélcase en mi corazón receloso;
Tu mentira me embriaga, y mi alma se abreva
En los raudales que el Dolor hace brotar de tus ojos!
—Pero, ¿por qué llora ella? Ella, beldad perfecta
Que pondría a sus plantas al género humano vencido,
¿Qué mal misterioso corroe su flanco de atleta?
—¡Ella llora, insensata, porque ella ha vivido!
¡Y porque vive! Pero, lo que ella deplora
Sobre todo, lo que la hace temblar hasta las rodillas,
Es que mañana, ¡ah! ¡tendrá que vivir todavía!
C. Baudelaire
En la ondulación de este cuerpo musculoso
La Elegancia y la Fuerza abundan, hermanas Divinas.
Esta mujer, trozo verdaderamente milagroso,
Divinamente robusta, adorablemente delgada,
Está hecha para reinar sobre lechos suntuosos,
Y encantar los ocios de un pontífice o de un príncipe.
—Por eso, contemplo esa sonrisa, fina y voluptuosa
En que la fatuidad pasea su éxtasis;
Esa prolongada mirada taimada, lánguida y burlona;
Ese rostro delicado, realzado por la gasa,
Del que cada rasgo nos dice con aire vencedor:
"¡La Voluptuosidad me llama y el Amor me corona!"
A este ser dotado de tanta majestad
—¡Ved que encanto excitante la gentileza le otorga!
Aproximémonos, y giremos en torno a su belleza.
¡Oh, blasfemia del arte! ¡Oh, sorpresa fatal!
¡La mujer de cuerpo divino, prometiendo la ventura,
Por lo alto termina en un monstruo bicéfalo!
—¡Pero, no! Sólo es una máscara, un decorado engañoso,
Este rostro iluminado por una exquisita mueca,
Y, mira, aquí, crispada atrozmente,
La verdadera cabeza, y el sincero rostro
Vuelto al abrigo de la cara que miente.
¡Pobre gran belleza! ¡El magnífico río
De tus lágrimas vuélcase en mi corazón receloso;
Tu mentira me embriaga, y mi alma se abreva
En los raudales que el Dolor hace brotar de tus ojos!
—Pero, ¿por qué llora ella? Ella, beldad perfecta
Que pondría a sus plantas al género humano vencido,
¿Qué mal misterioso corroe su flanco de atleta?
—¡Ella llora, insensata, porque ella ha vivido!
¡Y porque vive! Pero, lo que ella deplora
Sobre todo, lo que la hace temblar hasta las rodillas,
Es que mañana, ¡ah! ¡tendrá que vivir todavía!
C. Baudelaire
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jueves, octubre 11, 2007

Ciento un + 1
Este post está dedicado al próximo libro de Carlos Maza Serneguet & Co. Titulado Ciento Un Coños, el cual saldrá en breve y les deseo tada la suerte.
Mi primer Coño
Que cansancio, todo el día durmiendo, meando y cagando.
Escuchando a cuatro gilipollas si me van a comprar tal o cual cosa.
¡Y por fin llego la luz!, de ver la vida a través de mi primer coño.
A.Lewis
Mi primer Coño
Que cansancio, todo el día durmiendo, meando y cagando.
Escuchando a cuatro gilipollas si me van a comprar tal o cual cosa.
¡Y por fin llego la luz!, de ver la vida a través de mi primer coño.
A.Lewis
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lunes, octubre 08, 2007

Amigo Desconocido
¡Como podemos conocer a lo desconocido!.
podemos conocer a lo que quiere estar en la sombra.
Ante una apariencia rocosa solamente hay un ser inmóvil en el agua.
Una puerta que conduce a los estados de animo básicos del ser.
La batalla del yo y el súper yo, querer y poder, pedir y rechazar.
Dar un beso en una tormenta eléctrica, la habitación esta prácticamente a oscuras.
Aún distingo los rasgos de la soledad.
A.Lewis
podemos conocer a lo que quiere estar en la sombra.
Ante una apariencia rocosa solamente hay un ser inmóvil en el agua.
Una puerta que conduce a los estados de animo básicos del ser.
La batalla del yo y el súper yo, querer y poder, pedir y rechazar.
Dar un beso en una tormenta eléctrica, la habitación esta prácticamente a oscuras.
Aún distingo los rasgos de la soledad.
A.Lewis
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domingo, octubre 07, 2007

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