Cuando llueve quien velara por las almas, el mito sobrecoge.
Da vueltas a la cabeza en sentido opuesto a las agujas del reloj.
Infinita miseria encadenada en huesos infantiles, nunca me intereso crecer.
La lluvia llevara consigo el rastro de las cenizas, ¿quien velara por las almas?.
Una estatua de marmol de Carrara recordara a los muertos, largas sombras en vida.
Reflexiones cotidianas contemplando el caer de la fina lluvia.
Los sueños se convierten en energia, vagando entre varias ciudades.
Cambios se avecinan, ¡esclavos de quien y porque!
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