El angel caido

Redoble de tambores! una figura cae en el escenario, ha sido expulsado por su dios, !oh dios porque me haces caer al mundo de los mortales ! exclamaba maldiciendo su suerte. Caí en una isla recóndita donde sus habitantes adoraban un extraño tótem con forma fálica, la gente hacia vida en sus cabañas de paja y barro, vestían extraños atuendos con plumas y pinturas en el rostro. El ángel le pregunto a uno de los habitantes a quien adoraban y el isleño respondió que a Sanpenus, dios de el fuego espiritual y carnal, padre de la diosa noche y dios de las orgías y vinos, Extrañado le contesto que era un ángel caído y desterrado por pecar en sus sueños con un mortal de extraordinaria belleza. El isleño le dijo que porque no esa noche se unía a la fiesta nocturna de Sanpenus, el ángel accedió a la propuesta del isleño y se introdujo en una de las cabañas, donde en la cual habían unas isleñas de lo más hermoso, una de las cuales le dijo al ángel que se sentara en una especie de asiento de madera, donde el muy gustosamente se sentó y fue agasajado con pinturas tribales y el traje de honor. Salieron de la cabaña y el jefe de la tribu empezaba su baile, los tambores sonaban incesantemente en la oscura noche, solamente iluminada por el fuego de las antorchas y el brillo de los ojos de los isleños. Bailaban y bailaban alrededor del fuego, y el centro la figura en madera tallada de Sanpenus, la Estirta es la encargada de mientras dura el baile, orarle a Sanpenus, ella Exclamaba !oh oh Sanpenus somos tus hijos y tus hijas, llevanos en tu baile alrededor del fuego a las cumbres del placer, !oh oh Sanpenus tomaremos tu cuerpo y beberemos tu sangre en esta orgía de placer en tu nombre, !oh oh Sanpenus llevanos a la cumbre de los placeres que un dia tu nos disté recitaba la Estirta, el ángel maravillado ante esa situación comenzó a saltar y rodear el fuego con sus alas, muy excitado por la música y esa extraña situación donde todos bebían y bebían, bailaban y bailaban, follaban y follaban en honor a Sanpenus. Que agradable me resultaba esa sensación tan nueva para mi decía para sus adentros con ironía el ángel, el observaba como los lugareños incendiaban lo que ya era fuego, sus ojos se fueron tornando de un verde apocalíptico, un verde reflejo de las llamas corrompidas de esa noche. Una noche en la cual savia que ya nunca iba a regresar con su querido padre, no hay amor, no hay amor para mi, el odio me consume en esta belleza de lugar! que será de mi en este lugar, estoy ciego, soy un ser ciego? me pregunto, aquí tengo todo lo que cualquier ser humano desearía. Fui expulsado por corromper mi alma, y ahora vagaré en esta isla hasta la eternidad, !oh dios el equilibrio se ha roto y yo te falle!, mi infierno es esta isla donde solamente existe el vicio y el placer. Yo probé las mieles del deseo terrenal una vez y ahora las seguiré probando por toda la eternidad.